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ME SIENTO CANSADO, Y NO SE POR QUÉ.
Cada día es más frecuente escuchar a nuestro alrededor la expresión “estoy agotado”. Y este sentir, en ocasiones es normal considerando el agitado estilo de vida de los tiempos actuales. El problema mayor no es el cansancio en sí, sino las posibles consecuencias de este, las limitaciones en el estilo de vida que conlleva, ya que las personas afectadas se sienten incapacitadas para realizar actividades habituales.
La fatiga en sí misma es un cansancio extremo o debilidad generalizada que se puede manifestar tanto de forma física como emocional. En realidad, muchas veces una fatiga lleva a la otra. La física suele aparecer a medida que va avanzando el día, debido al cúmulo de tensiones a las que exponemos a nuestro cuerpo, en cambio, la emocional es más perceptible en la mañana. Se trata de un cansancio emocional o agotamiento que suele venir asociado con sentimientos de angustia, ansiedad o tristeza. Este agotamiento emocional suele estar muy relacionado con el estrés.
Cuando hacemos un gran esfuerzo o llevamos un tiempo realizando un sobre-esfuerzo físico notamos que nuestro cuerpo se agota y necesita reponerse para continuar. Es un cansancio evidente. Pero no solemos ser tan conscientes del cansancio psíquico, emocional. El estrés, o cualquier otra situación que nos suponga un extra de nuestra actividad psicológica pueden desembocar en un cansancio psicológico, que se va acumulando en nuestro interior, porque no sabemos identificarlo a tiempo y solucionarlo, desembocando en un cuadro afectivo de miedo, ansiedad, tristeza, o ira, entre otras. Pero también afecta a nuestro estado físico.
Pero es inevitable sufrir a lo largo de nuestras vidas situaciones que suponen un alto desgaste emocional. Por lo que, cuando nos exponemos a un sobre esfuerzo psicológico debemos emplear estrategias que nos permitan descansar la mente, porque la fatiga genera desmotivación para la continuación de ese esfuerzo, ya sea intelectual, laboral o físico, y corremos el riesgo de perder eso por lo que tanto nos estábamos esforzando.
CAUSAS
Las posibles causas de esta sensación de cansancio constante pueden ser múltiples, pero las más probables son las siguientes:
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- Mala calidad/hábitos de sueño
Estar cansado todo el tiempo por no dormir bien es la razón más lógica y la más importante. A pesar de dormir más durante los fines de semana, tratando de compensar la falta de sueño durante los días laborales, esto no es suficiente para combatir la sensación de agotamiento, pues el sueño no se “recupera”. Las investigaciones recientes sugieren que dormir menos de 7 horas diarias, aumenta, de forma exponencial, nuestro cansancio acumulado.
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- Alimentación deficitaria y vida sedentaria
Es muy frecuente que la gran mayoría de nosotros nos saltemos la comida del desayuno, por ir con prisas o pereza. Y es cierto, que se puede empezar el día sin esa ingesta, porque biológicamente hemos evolucionado para que todo nuestro organismo logre ejecutar las funciones vitales con muy poco combustible circulando, ya que tenemos reservas de glucosa, y en periodos de ayuno largo, las cetonas reemplazan parcialmente a la glucosa. Pero, este funcionamiento a largo plazo, puede tener consecuencias negativas a la hora de mantener la concentración, resolver problemas y razonar adecuadamente para gestionar el día a día.
Además, muchas veces, olvidamos tomar suficiente agua durante el día y el estar ligeramente deshidratado afecta a la energía que sentimos. La deshidratación produce una reducción en el volumen de sangre, lo que hace que la sangre sea más espesa. Esto hace que el corazón bombee más despacio, reduciendo la velocidad a la que el oxígeno y los nutrientes llegan a los músculos, órganos y cerebro, lo que genera una sensación de cansancio.
Si a esto le añadimos una vida sedentaria, en la que pasamos la gran mayoría del tiempo quietos, sin apenas movimiento, el cuerpo no se ejercita, por lo que nuestro sistema cardiovascular funciona menos eficientemente, y suministra menos oxígeno y nutrientes a los tejidos. Dando como resultado una sensación de cansancio.
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- Nivel de autoexigencia excesivo
Muchas de las personas que se sienten agotadas, tiene la tendencia a tratar de ser perfecto, y como es un objetivo inalcanzable, nos hace trabajar mucho más duro y más tiempo de lo necesario, generando un agotamiento mental y físico tremendo. Además, es probable que nuestra autoestima también se vea afectada, porque al establecer objetivos poco realistas, nos hace sentir que fracasamos constantemente.
Intentamos con todas nuestras fuerzas el abarcar muchas actividades, y al final del día estamos sumamente exhaustos. Es importante que respetemos los tiempos de descanso, disfrutar de momentos poco productivos y permitirse a uno mismo relajarse.
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- Mala lectura de nuestras emociones
Quizás, la alexitimia, o la dificultada para hacer una lectura adecuada de sus emociones, es uno de los factores clave en las personas que padecen de agotamiento. Es muy frecuente que las personas que tiene dificultades para identificar, entender, y expresar sus propias emociones, se sientan profundamente cansado, pues estas se van acumulando en nuestra mente, y nos van cargando, haciendo que nuestros recursos emocionales y mentales cada vez estén más disminuidos. Como ya hemos dicho, la fatiga emocional, es un agotamiento que va relacionado con sensaciones de estrés y ansiedad, sentimientos de angustia o incluso depresión.Todos podemos sentir este cansancio emocional de vez en cuando, aunque algunas personas tienen tendencia a experimentarla más a menudo, sobre todo cuando hay una sobrecarga, una saturación de emociones, que nos bloquean y nos quitan fuerza física y emocional. Por tanto, esta fatiga, también tiene que ver con emociones contenidas,frustración no gestionada y sentimientos de incomprensión.
El estrés y la fatiga pueden surgir cuando nuestras propias exigencias laborales, familiares, personales no nos dejan atender nuestras necesidades emocionales y deseos. Y ante momentos de cambios, o situaciones vitales intensas.
CONSECUENCIAS DEL CANSANCIO EMOCIONAL
La fatiga emocional y el estrés no afecta a todo el mundo de igual manera, ni las mismas situaciones son estresantes para todos. Pero el cansancio psicológico puede desarrollar en la persona que lo sufre ciertas consecuencias físicas como cefaleas, insomnio, dolor muscular, desordenes digestivos, hipertensión arterial, problemas dermatológicos, cansancio físico, contracturas, insomnio, o temblores. Por tanto, no podemos desligar la fatiga física con la emocional, porque van muy ligadas y ambas se alimentan. Nuestro cuerpo simplemente nos da señales de que algo no lo estamos gestionando adecuadamente, y requiere nuestra atención.
Pero, además, también suele tener ciertas consecuencias a nivel psicológico, como la falta de concentración, la apatía, la tristeza, o la incapacidad de disfrutar de aquello que nos gusta. Estar cansado, en muchos casos, nos incita a comer de más. Inconscientemente buscamos esa energía faltante, y nuestra mente, en un intento de activarse, nos mueve a elegir alimentos con más calorías. Si el cansancio psicológico no se trata a tiempo, éste se va acumulando pudiendo afectar nuestra vida diaria.
Pero sobre todo, vivir cansados afecta las relaciones personales y la conexión con tu entorno. Lo que provoca el aislamiento y una tremenda sensación de soledad.
MEDIDAS DE ACCION
La fatiga emocional es un síntoma de que algo en nuestra vida está sucediendo, y que esa circunstancia o manera de gestionarlo no está siendo respetuosa con nosotros mismos. Por ello, el primer paso siempre será reconocerla y explorar qué circunstancia o aspecto de nosotros mismos está causando esta fatiga en nuestra vida. Algunas veces es fácil reconocer, y otras hemos de profundizar un poco más para descubrir qué nos quiere decir. Es posible que en un principio pensemos que no hay un motivo aparente para sentirnos así, pero siempre lo hay, y reflexionar sobre ello es esencial para mejorar.
Evidentemente, dormir las horas suficientes es esencial, y si sufrimos de dificultad para conciliar el sueño, al menos, mantener el habito firme de marcar una hora, meternos en la cama, y descansar con la todas las luces y dispositivos electrónicos apagados. Hidratarnos bien, comer de una forma nutritiva y no hipocalórica, y hacer ejercicio, también son condiciones imprescindibles para combatir el cansancio.
Pero normalmente descuidamos la parte mental, emocional, del cansancio.
- La mejor manera de prevenir la fatiga emocional pasa por conocerse mejor, para poder gestionar de otra manera las emociones. Descubrir qué nos están transmitiendo nuestras emocioneses fundamental para poder gestionarlas de una manera más saludable, y así poder combatir esa sensación de cansancio.
- Ponernos límites, con nosotros mismos y los demás. Es muy importante aprender a establecer prioridades. Frecuentemente nos exigimos abarcar todo a la vez, pero si establecemos una serie de pequeñas metas alcanzables, podremos abordarlas más fácilmente, con menos ansiedad y angustia. Además, atrevernos a decir “no”, establecer límites, y comunicarnos asertivamente, es decir, pensar en qué necesitamos nosotros, y decir lo que pensamos y sentimos, sin caer en conductas sumisas o reproches, va a facilitar no sobrecargarnos emocionalmente. Aprender a decir “no”, y a entender que no es posible hacer todo a la vez, nos ayuda a ahorrar tiempo y ahorrar energía.
- Poder estar con lo que estamos en el presente y aprender a desconectar de aquello que nos preocupa y nos tensa. No solemos ser consciente de todo el tiempo y espacio mental que invertimos en pensar sobre hechos pasados, o futuros, además de en organizar lo presente, con la sobrecarga emocional que eso supone. Por ello, centrarnos en el momento presente, ayudará a sentirnos menos cansado.
Pero, realmente en algunos casos, el cansancio psicológico es tan extremo que seguir estas pautas no es suficiente. Es en este momento cuando debemos plantearnos iniciar un proceso de terapia psicológica profesional, y no seguir prolongando más el malestar físico y emocional.
Bibliografía
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Cardenas, D., Conde-Gonzalez. J. y Perales., J.C. “La fatiga como estado motivacional subjetivo”. 2017. Revista Andaluza de Medicina del Deporte.Vol. 10 (1)
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Molina, C. 2013. “Emociones Expresadas, Emociones Superadas”. Editorial Orino.
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