Trastornos de ansiedad en niños y adolescentes

En los niños y los adolescentes la sintomatología de ansiedad es una de las razones por las cuales acuden a sesiones de psicoterapia. Los trastornos de ansiedad abarcan miedos y temores exagerados, fobia a determinados estímulos y circunstancias, la ansiedad anticipatoria, estados de vigilancia exagerada, y los ataques de pánico.

La ansiedad es, a veces, una respuesta adecuada y necesaria ante una situación de peligro, representando un mecanismo esencial de protección del individuo y de la especie; acompaña en ocasiones a otras enfermedades médicas y psiquiátricas como un síntoma más y puede constituir por último, una entidad patológica que precise tratamiento específico. En el caso de los niños hay que contar, además, con las variaciones de la sintomatología ansiosa y de sus manifestaciones en función de la edad y del desarrollo cognoscitivo y emocional, lo cual, da idea de la amplitud y complejidad del tema.

Desde el punto de vista clínico, los trastornos de ansiedad se caracterizan por la presencia de síntomas neurovegetativos, conductuales, cognoscitivos y vivenciales. La ansiedad, se vive como una emoción desagradable y displacentera, que no tiene causa, o es desproporcionada al efecto, que se proyecta en el futuro y se acompaña de un estado de aprehensión de que algo grave y temible va a ocurrir, sin que exista forma de evitarlo, como morirse, volverse loco, perder el control de sí mismo, matar o herir a un ser querido. Cuando la angustia es muy intensa en los adolescentes se acompaña de sentimientos de despersonalización y de desrealización. La despersonalización implica un sentimiento de extrañeza respecto del propio yo, como si el sujeto estuviera vacío. En la desrealización, el mundo circundante se percibe como si no existiera, como si no fuera real y no tuviera vida. También pueden darse dificultades de atención y concentración, problemas de memoria y lentitud de pensamiento. La ansiedad puede manifestarse con inhibición motriz o por el contrario con inquietud, desasosiego e imposibilidad de permanecer quieto, y las manifestaciones somáticas pueden afectar prácticamente a cualquier órgano o sistema.

foto de un bebe

La ansiedad patológica implica un estado de alerta del organismo, con activación de los mecanismos de control del cerebro y un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y del sistema endocrino. Tiene lugar un aumento de la frecuencia cardiaca, descenso del riego sanguíneo periférico, sudoración, etc.

Dentro de los trastornos de ansiedad las fobias se caracterizan por el miedo irreprimible a un estímulo concreto con tendencia a evitarlo; el trastorno de angustia y la ansiedad de separación tienen como componentes esenciales los ataques de pánico y la ansiedad anticipatoria; la ansiedad generalizada suele tener un carácter crónico y, como su nombre indica, generalizado; y, por último, las reacciones de ansiedad ante determinadas circunstancias y estímulos estresantes forman parte del denominado trastorno de adaptación con ánimo ansioso, del trastorno reactivo del vínculo y del trastorno de estrés postraumático.

A través de la psicoterapia se tratan todas estas patologías consiguiendo avances importantes y adquiriendo los pacientes un aprendizaje y entendimiento de que es la ansiedad y las herramientas necesarias para combatirla.

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